Por tierras de Galicia. Combarro
05/10/2012
Valentín Paz-Andrade xunto co seu fillo Alfonso e uns amigos en Combarro Ca.1955.
Combarro se asienta en una rada de la ría, sobre una suave jiba de la costa. Tiene un alma humildosa y sentimental, gemela del alma de Santillana del Mar. Combarro adormecido en un plácido quietismo, vive la añoranza ...de los tiempos dorados, cuando eran prodigamente fecundas las entrañas del oceano litoral y las levas emigratorias devolvían a la tierra, trocado en oro, el sudor que sus hijos destilaron en suelos transmarinos.
Combarro es acaso el pueblecito de pescadores más pintoresco e interesante, de más eficacia sugeridora, de más intenso colorido local del mundo. Apiñadas a uno y otro lado de las estrechas y sinuosas callejas -en las que sólo muy de tarde en tarde se siente el latido de la circulación humana,- casas envejecidas de un solo piso, abiertas en el frontal por un portón y dos o tres ventanales que dan a un ancho y franco balcón corrido, que vuela sobre un par de columnas formando soportal, siempre independiente de los de viviendas adyacentes. Acaso, para el acceso al piso, se adosa al muro jabelgado, ancha escalera de piedra, protegida, al igual que el patín, de robusta balaustrada tallada en granito.
Las rúas, reptantes, angulosas, accidentadas, parten de mezquimas plazuelas, donde un crucero se yergue solitario para confluir en el atrio parroquial. Las térreas llantas de los carros de bueyes en el ir y venir cargados a las leiras, cavaron en la roca viva hondos relejes, que canalizan el agua hacia la playa, los días en que el cielo llora.
En los breves saledizos, sin árboles, ni flores, los hórreos espatarrados sobre seis pies derechos, “canastro” tejido de gruesas mimbres y tejado pajizo, con una cruz sobre el postigo por donde no entra la cosecha paniega sinó después de que las mazorcas desnudas de las blancas hojas que han de mullir las míseras yácijas, se secaron en grandes ristras, colgadas de una rama que fué promesa de pino, a lo largo de los aireados balcones. ¡Que visión más extraña y pintoresca ofrecen en la lejanía los blancos casetos de Combarro, cuando los rosarios de grandes espigas, como enormes collares de lunimoso ámbar, suspendidos bajo aleros, amarillan al sol de un lento atardecer! ¡Y que fantástico espectáculo, si en los días de grandes mareas, crece la pleamar hasta adentrarse en embarcaderos, callejones y ruas bajas, dando al villorio un sorprendente aspecto de poblado lacustre! Parecen entonces haber surgido del agua los caseríos, los hórreos, las seves, la ermita, los cruceros..., cuyas imágenes copia el movible cristal, vereado por el ámbar luninoso de las mazorcas.
Combarro pertenence enteramente al mundo del arte. El descubrimiento de Combarro se realizó hace pocos años. Desde esa fecha no hay artista que, a su paso por estas tierras, no lo visite y no se rinda a la tentación de trasladar al lienzo, a la prosa o a la ria un retazo, una descripción, un aspecto de este maravilloso puertecillo que surgirió a Anglada Camarasa la idea de cercarlo de una verja preservadora de toda humana irreverencia.
Diario de Pontevedra
21 de setembro de 1920